El movimiento religioso ha ido ampliando su acervo cultural y ritual incorporando con el transcurso del tiempo elementos culturales de otras tradiciones. En los últimos años ha comenzado a expandirse hacia centros urbanos ‘occidentales’; se calcula que actualmente su culto es practicado en alrededor de veinticinco países.
Lo distintivo aparece desde un comienzo en sus rituales religiosos. En ellos se combina el uso de la ayahuasca, bebida que en el ritual se denomina como Santo Daime, junto con cantos y movimientos corporales colectivos. La ayahuasca es una bebida tropical que se obtiene por infusión vegetal. Dadas sus propiedades psicoactivas su ingesta suele conducir a fuertes alteraciones en el orden de la conciencia. Su producción y uso se encuentra difundido en numerosas poblaciones americanas desde hace muchos siglos, aunque no se puede determinar específicamente cuándo ha sido su origen.
Capítulo I / HISTORIA
IRRUPCIÓN Y EVOLUCIÓN DEL SANTO DAIME
La aproximación a una expresión cultural precisa de una recuperación del marco histórico que actúa como entramado y que permite ubicarla como parte de las tradiciones que le dan posibilidad de existencia. El Santo Daime surgió en la floresta amazónica dentro del Estado brasilero de Acre durante la década de 1920. En los primeros cincuenta años su culto se practicó sólo en esta región donde se originó, pero durante los años setenta la doctrina comenzó a practicarse fuera de los límites de la floresta. Aproximarnos a la expresión cultural daimista actual implica retomar tanto el proceso que marca su irrupción como el que acompaña su evolución.
Contexto de Emergencia
El Estado de Acre se encuentra al sur del Estado Amazonia limitando también con Bolivia al sur y con Perú al Oeste. Como en casi toda la floresta amazónica estos territorios, por sus características físicas, han experimentado una colonización tardía. La constitución demográfica y política de esta región, como de gran parte de la floresta amazónica sudamericana, se encuentra fuertemente condicionada por la historia de la explotación del caucho. Hasta fines del siglo XIX estos territorios, formalmente pertenecientes a Bolivia, no tenían control estatal y sólo las principales vías fluviales servían para el paso comercial, cuyo tráfico era controlado por grupos armados peruanos. Los habitantes de la región fundamentalmente eran indígenas que vivían en sus sistemas socioculturales tradicionales.
En las últimas décadas del siglo XIX el proceso de industrialización occidental encontró en el caucho un material fundamental para el desarrollo de la industria bélica y de la naciente industria automotriz. El único lugar del mundo donde se encontraba el ‘árbol del caucho’, por entonces, era la floresta amazónica. El interés internacional se vio necesitado de controlar la gran región a los fines de asegurarse la provisión a sus industrias de este recurso. Para fines de siglo XIX Bolivia intentó el cobro de impuestos por las riquezas que se obtenían dentro de su territorio legal. Los dueños de las haciendas de la zona, contando con el apoyo de la República del Brasil, organizaron un ejército que enfrentó la presencia militar boliviana. Se sucedió un conflicto armado para el año 1902 que concluyó con la derrota boliviana y la anexión para la República del Brasil de los territorios que hoy son el Estado de Acre.
Al principio toda esta gran parte de la floresta amazónica se anexó como Territorio Federal, recién para mediados del siglo XX Acre se convirtió en un estado autónomo más dentro del Brasil. Se fijó por capital administrativa a Río Branco, fortín militar de principio de siglo que rápidamente se fue convirtiendo en ciudad. Se estableció para todo este territorio un sistema de latifundios donde pocas manos quedaron con la posesión legal de enormes extensiones de selva con haciendas donde se explotaba el caucho.
Desde comienzos de siglo se fueron articulando mecanismos para movilizar sectores poblacionales pobres de la costa del nordeste brasilero para trabajar en estas demandantes haciendas caucheras[1]. El inmenso Amazonas era promovido como una tierra en la cual los pobres podían amasar riqueza. Se dio por aquellas épocas un primer gran movimiento migratorio que comenzó a colonizar estas regiones amazónicas.
En aquellos primeros años del siglo XX el aumento de la población en el Amazonas fue consecuente con el aumento en la demanda internacional de caucho. Este crecimiento se vio frenado abruptamente para mediados de la década de 1920 por la caída del precio internacional de este recurso. La razón de ello se debió a que Inglaterra había sacado ilegalmente gran cantidad de semillas de caucho del Amazonas y había organizado extensas plantaciones en Indonesia y, luego, en Malasia. Allí se establecieron técnicas de cultivo que llevaron a la ruina el sistema de explotación de caucho en la selva virgen del Amazonas.
Sobrevinieron unos años de estancamiento económico y de paulatino abandono de la región hasta que hubo un abrupto cambio en la situación internacional. Con la finalidad de controlar la provisión de caucho, Japón invadió Malasia durante la Segunda Guerra Mundial. La salida militar del bloque de los ‘Aliados’ a esta crisis (téngase en cuenta lo fundamental del caucho para la industria bélica) fue inyectar recursos e incentivar la reapertura de las áreas caucheras nativas del Amazonas. Esto derivó en nuevos movimientos migratorios del empobrecido nordeste brasilero hacia los antiguos poblados caucheros de la floresta. A estos trabajadores migrantes se los denominó, y aún se los recuerda así, los ‘soldados del caucho’.
Con ellos se produjo una recolonización del Amazonas. En este proceso los nuevos pobladores se fueron mezclando con los remanentes de las primeras migraciones de nordestinos que se habían comenzado a mezclar con las poblaciones indias y mestizas de las zonas. El resultado de estas mezclas producidas en el proceso de la colonización del Amazonas es lo que se conoce como el ‘caboclo amazónico’. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, la rentabilidad del caucho volvió a trasladarse al sudeste asiático acarreando situaciones de una nueva gran pobreza en las poblaciones del Amazonas que en general se quedaron instalados allí y ya no regresaron a los lugares de origen.
En las últimas décadas, con las posibilidades de comercio que implica la autopista transamazónica, creada en la década del 80, y con las nuevas tecnologías de cultivo muchos terratenientes decidieron reemplazar extensiones de selva por pastizales para zonas ganaderas[2]. Este proceso de deforestación viene en crecimiento; en los últimos años el gobierno brasilero viene permitiendo que se reduzcan las zonas de tala restringidas ocasionando una disminución record en el área forestal. La posibilidad de preservación ecológica del Amazonas actualmente se encuentra condicionada por las posibilidades de subsistencia económica de las poblaciones allí ubicadas; caso contrario la explotación de la madera y la deforestación para obtener suelos para ganadería avanzará al ritmo del crecimiento demográfico de la región y de la cada vez mayor necesidad del dinero para el desarrollo de la vida cotidiana.
Irrupción del Santo Daime
El Santo Daime surge con los trabajos rituales que comenzó a impartir un trabajador del caucho, Raymundo Irineo Serra, en la década de 1920. Serra había llegado a la zona de Acre desde el Estado de Maranhao, en el nordeste brasilero, a comienzos de la década de 1910. Como muchos de sus compañeros emigrantes llegó muy joven a la región (todavía no tenía veinte años) y descendía de abuelos africanos llegados al Brasil como esclavos.
Recordado actualmente por los daimistas como el ‘Mestre Irineo[3]’, él, junto a otros de su grupo, conoció y probó la ayahuasca guiado por chamanes de la región. Uno de ellos, Antonio Costa, será quien lo inicie en algunos de los principales símbolos que conformarán la doctrina del Santo Daime. A partir de aquí vamos a seguir una reconstrucción de los hechos siguiendo la tradición oral que se práctica entre seguidores del Santo Daime y que pudimos ir registrando en nuestras notas[4]. Según se cuenta, en una de las ocasiones en que había bebido ayahuasca tuvo la aparición de una mujer que se presentó con el nombre de Clara. Ella le transmitió un mensaje: debía realizar un ayuno de ocho días en el que sólo podía comer mandioca sin sal[5]. Luego debía ir a la floresta y beber ayahuasca él solo.
Serra cumplió con estos requerimientos: ayunó ocho días y fue a beber ayahuasca a la mata. Cuando allí se encontraba apareció por uno de los senderos de la floresta nuevamente esta mujer. Se le presentó como la Virgen de la Concepción y también como la Reina de la Floresta, le explicó que no era un ser de este mundo y que sólo él podía verla. El objetivo de este encuentro era el siguiente: por gracia de su fe, él estaba llamado a portar un mensaje. En éste se encontraba la información para llevar a cabo una manera de trabajar espiritualmente con la ayahuasca. Luego de haberle explicado esto, ella le ‘ordenó’ a Irineo que cantara. El respondió que no sabía cantar; entonces hubo una insistencia más enérgica de parte de ella y él comenzó a cantar. La tradición señala que allí cantó lo que son los primeros tres himnos de la doctrina.
Ella también le transmitió un nuevo nombre para esta bebida para cuando fuera utilizada en este tipo de trabajos: Santo Daime. Este nombre no tiene que ver con ningún santo en el sentido católico; con él se hace referencia al poder sagrado del pedido; la santidad de la invocación bajo los efectos de la bebida. Su traducción al castellano sería ‘el Santo Dame’.
Luego de ocurrido esto la mujer se fue; Irineo quedó solo y volvió junto a sus compañeros. Como él no sabía leer ni escribir le pidió a uno de ellos que transcribiese estos cantos que había recibido. Con el tiempo siguió recibiendo por ‘inspiración’ más himnos, llegando a completar a lo largo de su vida un total de 129. En ellos, junto con las prescripciones rituales impartidas en forma oral por Irineo Serra, se encuentra contenida la doctrina inicial del Santo Daime.
Evolución del Santo Daime
Para el año 1930 Irineo Serra se trasladó a la ciudad de Río Branco, donde comenzó a impartir sus trabajos con Santo Daime incorporando adeptos entre individuos de sectores populares, casi todos ligados a la explotación del caucho. Los rituales empezaron a ganar reconocimiento social por su eficacia como curas para distintas afecciones psico-físicas. Al igual que en todas las tradiciones chamánicas, en la cosmovisión del Santo Daime cuerpo y espíritu no se encuentran desligados sino comprendidos como un todo indivisible, y por ello las afecciones físicas son tratadas a partir de un trabajo espiritual. El antropólogo Fericglá señala lo siguiente con respecto al liderazgo de Serra y las primeras décadas del Santo Daime:
“Irineu Serra fue añadiendo elementos propios de la cultura occidental en sus ritos y ceremonias mistéricas de extracción indígena, lo cual facilitaba el consenso de la clase social dominante. Incluyó abundantes símbolos católicos (…) y procuró que los miembros de su colonia o comunidad llevaran una vida ejemplar desde el punto de vista social. Serra tenía un carácter alegre, hospitalario y paternal, recibiendo a diario entre veinte y treinta visitas de colonos vecinos o miembros de su propia colectividad donde ponía orden, acogía enfermos y les administraba ayahuasca como medio curativo o les indicaba otros remedios propios de las tradiciones amazónicas” [6].
Por lo señalado en algunos estudios[7] en la década del cincuenta la doctrina del Santo Daime contaba aproximadamente con quinientos seguidores dispersos en la ciudad de Río Branco y alrededores. De a poco comenzaron a llegar otras personas desde lugares distantes del Amazonas y el Brasil buscando realizar los ‘trabajos de cura’ que comandaba Serra.
Una de las personas curada en estos rituales fue Sebastiao Motta de Melo quien llegó a Río Branco junto a su familia proveniente de una población del norte del Amazonas. Sebastiao era un constructor de canoas que también realizaba trabajos de curas, principalmente actuando como ‘rezador’ y como médium. Según lo que se señala, él se encontraba desde hacía mucho tiempo afectado por una enfermedad física sobre la cual no conocemos precisiones. Irineo Serra le practicó un trabajo de cura para él solo que constó de varias sesiones. Sebastiao se curó y luego de ello se unió a la doctrina del Santo Daime entablando una relación muy cercana con el Mestre Irineo, de quien se convirtió en su principal discípulo hasta la muerte de éste en 1971. Fue entonces cuando Sebastiao Motta le sucedió en el liderazgo religioso e institucional de CEFLURIS, la principal línea que continuó con los rituales de Santo Daime. También surgió otra línea religiosa llamada Alto Santo con otros seguidores que continuaron de manera ortodoxa la doctrina de Irineo Serra. Este último es un grupo pequeño que actualmente sigue realizando sus trabajos espirituales en la ciudad de Río Branco. La línea que siguió Sebastiao Motta comenzó un proceso de apertura hacia otras tradiciones culturales incorporando nuevos elementos y produciendo una expresión cultural fuertemente híbrida.
Padrino Sebastiao
Nacido en 1920 y de origen étnico mestizo Sebastiáo Motta de Melo era, como señalamos, un artesano constructor de canoas que vivía en el Amazonas. Se inició de joven en las prácticas del curanderismo manejando distintas líneas de trabajos espirituales indígenas y espiritistas. Siguiendo los lineamientos del espiritismo de Allen Kardec, muy difundido en el Brasil de mitad de siglo XX, desarrolló su capacidad de trabajar como médium. En 1957 llegó a Río Branco junto a su familia para visitar al Mestre Irineo.
Luego de su cura por el Santo Daime, Sebastiao Motta recibió de parte de Irineo Serra la misión de expandir la doctrina. Un tiempo después pasó a estar al frente de la Iglesia de Río Branco transformándose en el Padrino Sebastiao. Poseedor de un fuerte carisma, el Santo Daime bajo su liderazgo realizó un constante proceso de ampliación y reelaboración de la concepción doctrinaria original al tiempo que fue fortaleciendo su vida institucional. Durante los años setenta la doctrina comenzó a practicarse en otras ciudades brasileras, algunas ya fuera del Amazonas. Con esto se inició un fuerte proceso de intercambio con la cultura occidental.
Para mediados de la década del 70 se formó la primera comunidad de seguidores de la doctrina: la Colonia 5000, ubicada a siete kilómetros de la ciudad de Río Branco. En ella también se construyó el templo religioso en el cual se realizan, desde entonces y al día de hoy, los trabajos con Santo Daime de aquella ciudad. Para el año 1984 se formó la comunidad Ceu do Mapiá, en el Estado Amazonia, a más de 100 km. de Río Branco. Esta comunidad, que se encuentra aislada del resto de las poblaciones, le dio un nuevo giro a la doctrina daimista abriéndose a una proyección completa de la vida social.
La expansión geográfica de esta línea de la doctrina del Santo Daime, sobre la cual nos ocupamos en este Informe, desde entonces no se detiene. Durante la década del ’80 se inició un proceso de difusión hacia las ciudades de la costa brasilera y también fuera de este país. Para mediados de aquella década fue prohibida la ayahuasca al incluírsela en la lista de las sustancias peligrosas. Poco tiempo después fue despenalizada para su uso ritual, al tiempo que fueron reconocidas las religiones ayahuasqueras del Brasil como cultos legales. En los otros países el culto se encuentra en una situación no normativizada; en algunos países de Europa al día de hoy existen personas presas por transportar ayahuasca para la realización de los rituales del Santo Daime.
Padrino Alfredo
Sebastiao Motta falleció en 1990. La sucesión del liderazgo de la doctrina la delegó él mismo en su segundo hijo varón, Alfredo Motta. Su liderazgo al frente de la doctrina plantea una etapa de mayor apertura y expansión del culto del Santo Daime en el mundo. Con él se abrirá lo que dentro de la doctrina se denomina como la ‘Nueva Era’[9]. Con ella se plantea que ha llegado el ‘momento de la comprensión’ en el mundo para con las diferentes tradiciones espirituales. Se producirá, siempre conservando las normas básicas del ritual, la incorporación, y readaptación de distintas tradiciones culturales a las ya existentes. Esta Nueva Era fundamentalmente acarrea un mayor diálogo cultural con tradiciones culturales provenientes de los centros urbanos.
En lo religioso el liderazgo del Padrino Alfredo reafirma y produndiza la proyección social de la doctrina. En este tiempo la comunidad Ceu do Mapiá ha desarrollado un crecimiento considerable; y en estos últimos años ha comenzado a materializarse el proyecto de una nueva comunidad también en la selva amazónica pero sobre los márgenes del Rio Juruá denominada Ceu do Juruá.
En lo institucional el liderazgo de Alfredo Motta se apoya en otros dirigentes provenientes de las grandes ciudades de Brasil. El vínculo con el Estado se ha vuelto estable al tiempo que se han desarrollado muchos lazos con Organizaciones No Gubernamentales, principalmente ecologistas. Se ha montado también una red institucional que nuclea a las distintas iglesias daimistas en torno a lo que es el CEFLURIS. Estas siglas significan Centro Ecléctico de Luz Universal Raymundo Irineo Serra. Según lo señalado por Labate: “El CEFLURIS posee una organización bastante flexible, compuesta de iglesias independientes con una fuerte diversidad local. La autonomía de cada iglesia, sin embargo, está limitada por el consumo del daime, que es ofrecido para todos por el Céu do Mapiá (AM), sede del CEFLURIS. Este local posee una centralidad simbólica para el grupo”[9].
Análisis
ACERCA DE LA HISTORIA DEL SANTO DAIME
Hemos presentado un breve panorama sobre la irrupción del Santo Daime y su posterior evolución. Su recuperación nos sirve por un lado para contextualizar y dar un marco a nuestra representación sobre los aspectos que veremos en los próximos capítulos. Por otro lado, nos permite dejar apuntadas algunas cuestiones que se desprenden de estos procesos que marcan tanto la irrupción inicial del Santo Daime, como su posterior desarrollo.
En este sentido el Santo Daime se nos presenta como el fruto de una transformación cultural que hubo de operar en el Amazonas con la colonización cauchera. De esta transformación se produce una vinculación entre el chamanismo ayahuasquero y las figuras del cristianismo. Irineo Serra, brasilero nordestino, de ascendencia africana y formado en las creencias del catolicismo popular, fue quien inició este cruce cultural.
En la evolución de este movimiento religioso desde el plano sociocultural aparecen dos cuestiones tal cómo hemos visto: por un lado lo que hace a la posibilidad de obtener continuidad y transformarse en un culto regional. Por el otro lo que hace a su expansión fuera del marco regional de la floresta amazónica.
El hecho de que la doctrina haya obtenido continuidad muy probablemente corresponda atribuirlo al reconocimiento social logrado por la eficacia de las curas y a su integración simbólica con las tradiciones amazónicas y con las figuras católicas, en tanto simbolismo dominante, a la vez. El fenómeno de la salida y expansión fuera del contexto geográfico amazónico, en cambio, no aparece, al menos con claridad, vinculado a esos factores.
El Santo Daime, como vimos, durante los primeros cincuenta años de existencia no pasó de traducirse en prácticas locales. La expansión de estas prácticas comenzó recién en los años setenta. Esto coincide con el comienzo de una reelaboración de la doctrina a partir de una nueva integración de tradiciones culturales. Al margen de las condiciones del contexto, que sin duda son fundamentales, esta vinculación se fortalece si tenemos en cuenta que la línea religiosa de Alto Santo, aquella que conserva al día de hoy los lineamientos originales de Irineo Serra, ha seguido siendo un culto sólo practicado en la ciudad de Río Branco.
El proceso de difusión desde el Amazonas hacia otras tradiciones culturales aparece, entonces, vinculado en alguna medida con estos cambios en el propio sistema de representaciones que se plantea en esta línea de la doctrina. Precisamos adentrarnos ahora dentro de ella. En virtud de ello vamos a analizar dos grandes cuestiones que hacen a la conformación cultural del Santo Daime en la actualidad: los rituales religiosos y el universo simbólico de la doctrina. Con lo primero podremos ver la constitución identitaria del grupo desde sus prácticas mismas; con lo segundo, las tradiciones religiosas que allí convergen, a la vez que el modo en que ellas son vinculadas. Estos serán los temas de los próximos dos capítulos; en el cuarto y último nos detendremos en el contexto, algunas características y alcances del proceso de salida y difusión de las prácticas del Santo Daime fuera del Amazonas.
NOTAS
[1] Sigo para esta reconstrucción histórica los trabajos de Gérson Rodríguez de Albuquerque, Coordinador del Departamento de Historia de la Universidad Federal de Acre, y también narraciones referidas por habitantes de Acre y recopiladas por mí. Cf: RODRIGUEZ DE ABUERQUE, Gérson (2003) “A Guerra dos esquecidos”. En Revista Cultural JIRAU N° 13. Edición especial “Revolucao Acreana”: Río Branco - ACRE - Brasil. Edición coordinada por la dirección del Departamento de Historia de la Universidad Federal do Acre.
[2] Todo este proceso, además del impacto ecológico que ha traído, ha representado numerosos conflictos para las poblaciones campesinas de la zona. En los últimos tiempos se ha producido fuertes conflictos. El caso de Francisco ‘Chico’ Méndez, líder campesino de la zona del Estado de Acre, asesinado en 1992 por encargo de una familia terrateniente de esta zona es un caso testigo de la problemática social que esta situación llega a acarrear.
[3] Maestro Irineo.
[4] Las investigaciones académicas que pudimos recoger sobre este tema también recogen esta tradición oral. Cf: MC RAE, Edward (1992) Guiado pela lua. Xamanismo e uso ritual da ayahuasca no Santo Daime. Sao Paulo: Editora Brasiliense.
[5] Las prácticas del ayuno y del uso de psicoactivos para trabajar el plano espiritual son ejercidas por un gran número de las poblaciones indígenas americanas.
[6] FERICGLA, Josep María (2003) El peyote y la ayahuasca en las nuevas religiones mistéricas sudamericanas. Véase www.mercurialis.com/emc/feriglia#10
[7] Cf: LABATE, Beatriz Caiuby y SENA ARAUJO, Wladimir. (2002) O uso ritual da ayahuasca. Campinas: Mercado de Letras & Libraría. Este volumen de casi setecientas páginas reúne distintos trabajos de investigación académica realizados sobre las tradiciones en el uso de la ayahuasca en Brasil.
[8] Este nombre lo obtenemos del propio himnario del Padrino Alfredo.
[9] LABATE, Beatriz Caiuby (2002) “Um panorama do uso ritual da ayahuasca”. En LABATE, Beatriz Caiuby y SENA Y ARAUJO, Wladimir (2002) Op. Cit. Pág. 251
No hay comentarios:
Publicar un comentario